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Alma Gemela, no Parche Emocional

No pocas parejas y matrimonios se forman entre personas que son incapaces de estar o vivir solas, entre seres inseguros, insatisfechos y llenos de vacíos profundos, que pretenden llenar con el despojo emocional del otro, a quién dicen amar desesperadamente.

Una relación amorosa nunca resuelve los aspectos fundamentales de la personalidad que uno no aborda por sí mismo.

La necesidad patológica de ser permanentemente el centro de atención del otro, es la evidencia más palmaria de un gran vacío interior, de la falta de entidad y consistencia emocional suficiente, para iniciar una relación amorosa, saludable y madura, con esperanzas de éxito y de verdadero amor.

Las personas inconsistentes, con escasa plenitud interior, suelen precipitarse en la elección de sus parejas emocionales, y cuando formalizan la relación, adoptan actitudes rígidas que degeneran en posesión obsesiva, inseguridad, y amor captativo y despersonalizador.

Quien busca su alma gemela, suele tardar bastante tiempo en encontrarla, porque no intenta hallar parches emocionales, sino alguien con quién compartir su existencia, que ya tiene su propia plenitud.

Y aunque esa persona se basta con ella misma, necesita la unión con otra, capaz de añadirle valor a su existencia, pero nunca esa unión amorosa va en detrimento de la propia identidad.

Juntos, como las cuerdas de un laúd para interpretar la misma música amorosa, pero cada cual mantiene su intensidad e interpreta su tono y nota musical propia en la partitura de una gozosa vida en común.

La verdadera «alma gemela» es ese «otro yo» que sólo busca ser feliz, haciéndonos felices.

                                                                               ¡ESO ES AMOR!.


¿ Cómo distinguir entre: Psicólogo-         Psiquiatra-Psicoanalista ?

Para el profano, la distinción entre estos tres especialistas no siempre es clara.

El Psicólogo: es una persona que ha terminado sus estudios universitarios y obtenido su diploma de: Licenciado en Psicología.

Puede ejercer en muchos sectores como:

El medio escolar, la empresa, el hospital psiquiátrico, el hospital general, la maternidad, la guardería infantil, etc .

Puede también recibir pacientes en un marco liberal siguiendo diferentes métodos terapéuticos, entre ellos el Psicoanálisis.

El Psiquiatra es un médico que trata enfermos mentales, ya sea en un marco institucional, ya sea en una consulta privada. Puede prescribir medicamentos o aplicar, él también, diferentes métodos, entre ellos el Psicoanálisis.

Pero ya sean Psicólogos o Psiquiatras, sólo pueden practicar el Psicoanálisis con la estricta condición de:

Haber llevado a término un Psicoanálisis personal con un Psicoanalista.

Haber estudiado ampliamente y durante años en :

La universidad, grupos de estudio coordinados por psicoanalistas, o en Escuelas de Psicoanálisis, los textos del fundador del Psicoanálisis, sus discípulos y sus continuadores.
Haber referido su práctica Psicoanalítica a un Supervisor Psicoanalista que garantice la seriedad y la calidad del trabajo clínico.

En resumen:

El Psicoanálisis es una práctica terapéutica que puede ser ejercida por un Psicólogo o un Psiquiatra que cumpla las condiciones anteriormente expuestas.

El Psicoanálisis está constantemente atravesado por múltiples corrientes culturales y sociales, e inversamente no deja desde hace cien años de influir en los diversos dominios del arte, la literatura, el cine, el teatro, la filosofía y aún las neurociencias.

Por otra parte, el psicoanálisis también marcó definitivamente los campos de la educación y la salud, y participa activamente en la humanización del hospital por el reconocimiento del enfermo en tanto persona digna de respeto.

                                                                 Por : Juan David Nasio


                       ¿Qué es el psicoanálisis?

Llamamos Psicoanálisis al trabajo mediante el cual el Psicoanalista trae a la conciencia del sujeto lo psíquico que se encuentra reprimido en su inconsciente. 

En los tratamientos psicoanalíticos entre el psicoanalista y el paciente no media más que la palabra. Ni instrumentos, ni fármacos, ni artificios técnicos de medida. El trabajo terapéutico consiste en: dejar hablar escuchar, hablar y dejar escuchar. Tras un análisis de la historia del sujeto y una interpretación del caso por parte del psicoanalista, se determinará cómo realizar el tratamiento. 

Las sesiones y la duración de esta terapia se acordarán por parte del terapeuta y del paciente, siendo extremadamente importante la constancia del paciente en el tratamiento para el óptimo trabajo y éxito final en la resolución de los conflictos y patología del sujeto. 

La psicoterapia y el psicoanálisis se complementan en gran medida. La psicoterapia es una escucha que alivia al sujeto y reduce sus síntomas. El psicoanálisis además de hacer desaparecer los síntomas, también puede modificar en profundidad la personalidad del sujeto

Las dos técnicas, psicoterapia y psicoanálisis, se complementan cuando, en el progreso de una terapia, el psicoanalista aplica la primera antes de introducir la segunda.

El psicoanálisis trata las estructuras clínicas que son : las neurosis, las psicósis y las perversiones

  Por: Juan David Nasio


¿Es eficaz el Psicoanálisis? 

Hoy día, podemos afirmar que el psicoanálisis es cien por cien efectivo en la inmensa mayoría de los problemas y trastornos mentales.

Lo que ocurre es que sigue siendo una terapia joven en comparación con otras áreas de la salud médica.

La diferencia del psicoanálisis con respecto a la psicología y la psiquiatría, radica en que estudia, analiza y ordena la parte inconsciente de la personalidad.

Esta parte es donde se hallan los recuerdos infantiles, las experiencias familiares, la ideología y todos los sentimientos de la personalidad.

Los problemas mentales surgen cuando las personas tienen pensamientos o sentimientos en la conciencia que no logran entender.

El conflicto, el malestar que se origina frente a la aparición en la conciencia del material inconsciente puede ser la causa inicial de un trastorno o problema mental.

Las personas enferman porque no comprenden la procedencia de sus pensamientos, ni el significado de los mismos, ni cómo quitárselos de la conciencia.

Esta lucha consigo mismo, acaba produciendo agotamiento, falta de energía, angustia, desesperación, ansiedad y otros muchos síntomas que acaban perturbando la vida de una persona.

El psicoanálisis es una terapia que consiste en analizar la parte inconsciente de la personalidad.

De esta manera se llega a comprender y a reconciliar a la persona consigo misma, pues una vez trabajados estos pensamientos y sentimientos, acaban perdiendo la fuerza que tanto agota a la persona que los padece. 

                                                                 Por: Juan David Nasio



Críticas al Psicoanálisis

Al psicoanálisis se le hacen tres grandes críticas:

Primera crítica:

El psicoanálisis es un tratamiento que dura muchos años, aunque esto depende de los pacientes, de los terapeutas y fundamentalmente del tipo de patología que sufra dicho paciente que comienza una terapia.

Segunda crítica:

Los honorarios de las sesiones.

Naturalmente que emprender una terapia representa una inversión financiera importante, pero tal inversión pesa poco en la balanza si lo relacionamos con lo que está en juego en una demanda de análisis.

Conductas de fracaso, trastornos sexuales, crisis de pareja, relaciones dramáticas con los hijos, soledad, etc. Hay que comprender que una terapia concierne a veces a cuestiones importantísimas en la vida de un sujeto, y que el resultado de una cura es crucial para el paciente y/o la familia.

Tercera crítica:

Concierne al carácter doloroso del tratamiento. Sin duda que el paciente tiene muchas veces que atravesar por momentos muy duros y penosos.

El paciente, en muchas oportunidades, se va de nuestra consulta conmovido y angustiado al revivir recuerdos de su pasado que, por ejemplo, fueron traumáticos necesitando un tiempo para recuperarse.

El método psicoanalítico favorece los recuerdos, pero todos ellos son necesarios para deshacerse de los síntomas que obstaculizan la existencia de una persona.

Sin embargo, en una terapia, hay momentos muy positivos, en los cuales el paciente reconstruye su historia, va eliminando los síntomas que le afligen y disfruta de los progresos que va realizando.


TODO EL MUNDO PUEDE INICIAR UNA TERAPIA?

Hay que decir que todo el mundo no es analizable.

¿Cuál es el perfil del paciente analizable?

Primero: el hombre o mujer que consulta debe de ser un sujeto que sufre y se queja.

Segundo: debe ser alguien que se pregunte: ¿ por qué sufre? Esto parece elemental, pero es decisivo. Ser analizable significa preguntarse: ¿por qué sufro?, ¿por qué estoy mal?, y tratar de darse uno mismo una respuesta.

Tercera condición: es justamente esa aptitud para responder al porqué del malestar. Pero otras condiciones son también necesarias. Hace falta además que el que consulta espere del análisis una salida a sus dificultades.

                                                                Por: Juan David Nasio


Implicación en un tratamiento Psicoterapéutico

"El éxito de un tratamiento psicoterapéutico dependerá en gran parte de la implicación del psicoterapeuta y paciente en el proceso terapéutico".

"La psicoterapia no es un camino fácil, y para superar ciertos aspectos, a veces, es necesario pasar por momentos dolorosos, ello despierta miedos e inseguridades en el Paciente y provoca temor a sufrir".

Por otra parte, algunos pacientes acuden a terapia con la expectativa mágica de que el terapeuta resolverá sus problemas sin ellos formar parte activa del proceso, como si la terapia se tratara de una " poción milagrosa ". 

Por consiguiente, el papel activo por parte del paciente es un elemento esencial, cuando una persona se plantea realizar una terapia, es importante que se implique en la misma.

Por lo tanto, acudir regularmente, no faltar a las sesiones, no llegar tarde; en caso de no poder asistir es muy importante recuperar las sesiones perdidas.

Un paciente puede cambiar varios aspectos que interfieran en la funcionalidad de su vida, siempre y cuando, exista una alta predisposición y una implicación por su parte.

En ocasiones, en terapia se afrontan situaciones difíciles y duras, no es un camino fácil, y para superar ciertos aspectos, a veces, es necesario pasar por momentos dolorosos, ello despierta miedos e inseguridades en el paciente y provoca temor a sufrir.

Además, la terapia no es un proceso lineal, puede pasar que el paciente viva una notable mejoría, y al cabo de algunas sesiones, vuelva a sentirse mal debido a los temas tratados o las situaciones vividas en aquel momento del proceso terapéutico; es importante considerarlo un hecho normal del proceso terapéutico.
Tal y como hemos enunciado, el éxito de una terapia dependerá en gran parte de la implicación por parte del paciente y psicoterapeuta en el proceso.

Por muchas técnicas que conozca el profesional y se intenten aplicar, sin este ingrediente esencial (la implicación del psicoterapeuta y el paciente) la terapia no funcionará y, por lo tanto, no existirá un cambio.


La inversión del dinero en la salud psíquica

El manejo del dinero en terapia abarca responsabilidades, forma parte de la regla del contrato. Pagar una sesión puede significar el pagar por sus propios actos, responsabilizarse por lo que se hace y por lo que se piensa.

El encuadre analítico sería como un confesionario, donde en la medida que se encamina un proceso terapéutico, cuestiones reprimidas por un sujeto van siendo desveladas.

Hay que considerar que el material inconsciente reprimido es censurado por la consciencia (por razones particulares a cada quien) y por eso es tan difícil de ser dicho y aceptado.

Clarificando, la transferencia sería el medio que el terapeuta tiene de percibir las dinámicas del paciente.

Muchas de las veces que el analizando hace referencia a personas de su pasado o de su presente, lo hace poniendo al terapeuta en la posición de estas, luego, el paciente transporta al terapeuta el afecto que estaría atribuyendo a la persona mencionada.

Sería como si este pudiese representar distintas figuras de la historia de vida del analizando:

Su padre, su madre, alguien amenazador, alguien amado, cualquiera que haga parte de la vida del sujeto en análisis; y hablar/interactuar con el analista sería como si fuera con las respectivas figuras significativas.

En el momento de establecer el valor del análisis, es válido preguntar en cuanto cada uno valora su propio tratamiento y cuanto estaría dispuesto a pagar.

Os recuerdo que 50 euros no significan lo mismo para quien gana 1000 euros que para quien gana 3000 euros.

¿Y qué hacer con la población de sueldo bajo y con dificultades financieras? Hasta hoy existen controversias entre los psicoanalistas.

Para algunos, es necesario de todas formas que el paciente pague su propia psicoterapia, aunque sea un pago mínimo o simbólico.

Del costo de vida de una persona que necesita pagar cuentas básicas como comida, luz, agua, alquiler, etc., el precio puede transformarse en un impedimento para iniciar una terapia en la actualidad.

El terapeuta es el primero en ser tachado en la lista de prioridad de gastos de un sujeto.

Los tiempos (desde la época freudiana) cambiaron, las circunstancias en el mundo son otras, y la psicoterapia se hace posible en un período más breve.

El psicoanálisis, antes elitista, hoy llega a distintos medios y clases sociales.

Por otro lado, hay que pensar también en la realidad de aquél que elige ser terapeuta o analista y que también necesita satisfacer sus necesidades.

Detrás de todo terapeuta hay un ser humano perteneciente a un sistema económico del que no puede huir.

Flexibilidad: esta es la palabra-clave al tratar el manejo del dinero.

Para finalizar, me gustaría hacer mención a que este es un tema de extrema relevancia para aquellos que estén interesados en trabajar como psicólogos o psicoanalistas y también para los pacientes o para todas las personas que deseen emprender una psicoterapia. 


El Edipo

Piedra fundamental del Psicoanálisis, el Edipo es el concepto que explica la estructura de nuestra personalidad, la orientación sexual de nuestro deseo y el origen de nuestra identidad sexual y, ya en la edad adulta, nada menos que nuestros sufrimientos neuróticos.

En cualquier etapa, ya sea en su forma plena o latente, el Edipo marca -como dice Juan David Nasio- el doloroso paso de iniciación de un deseo salvaje a un deseo socializado, y encarna así la confirmación igualmente dolorosa de que jamás podremos satisfacer completamente nuestros deseos. 

Esta leyenda es aplicable a todos los niños, independientemente de que vivan en una familia clásica, en una monoparental o en una reorganizada, incluso si se crían en el hogar de una pareja homosexual y hasta en el caso de niños abandonados, huérfanos o adoptados. 

Ningún niño escapa al Edipo. ¿Por qué? Porque ningún niño ni ninguna niña de cuatro años, que esté transitando la fase fálica, puede sustraerse al torrente de Pulsiones eróticas que fluyen en su interior y porque ninguna persona adulta de su entorno inmediato puede evitar convertirse en el blanco de sus Pulsiones ni contenerlas.

Juan David Nasio en el libro: El Edipo. El Concepto Crucial del Psicoanálisis.


Actos Fallidos

Llegar tarde a una cita muy importante, perder las llaves de casa, el pasaporte el día que te embarcas en avión cuando te vas a ir de vacaciones, olvidar un asunto de gran importancia, equivocarse al tomar una dirección…

Todas las personas cometen actos fallidos. ¿En qué consisten? ¿Tener actos fallidos supone un comportamiento ilógico?

En Psicoanálisis, el acto fallido se define como: «una conducta socialmente inadaptada que realiza un deseo inconsciente».

Esto quiere decir que tenemos la intención de realizar algo, pero hacemos lo contrario, actuando de un modo incoherente.

Por ejemplo: perder las llaves del coche en el mismo momento en que nos vamos a trabajar, olvidar responder un mail importante, o dejarse la cartera o el bolso en un restaurante, son fallos que en general nos irritan y exasperan.

Así pues, los actos fallidos son transposiciones del lapsus y afectan a las palabras, ya que verbalizamos una palabra cuando queríamos decir otra, y al comportamiento.

¿Cómo podemos interpretarlos?

Este concepto fue desarrollado por Freud en 1901, en su artículo «Psicopatología de la vida cotidiana».

Según el maestro del Psicoanálisis y a pesar de lo que pensamos, los actos fallidos no son productos del azar, ni de la casualidad, ni de la falta de atención o cansancio,

En realidad, es una revelación involuntaria de lo que el sujeto no puede expresar conscientemente: una intención, una pulsión o un deseo reprimido.

Los actos fallidos son la traducción de un conflicto interior.

Por ejemplo: nos dejamos la cartera o el bolso en un restaurante porque nos hubiera gustado quedarnos más rato; nos olvidamos de una cita importante porque en el fondo tememos acudir a ella.

¿Debemos preocuparnos?

Cometer actos fallidos es normal. A todas las personas les sucede y en todo tipo de circunstancias. En ningún caso son indicios de problemas psicológicos.

No obstante, protagonizar actos fallidos con continuidad en la brevedad del tiempo hace plantearnos el significado que nos revela nuestros propios deseos inconscientes.

Por lo tanto, no hay que dudar en tener en cuenta estos banales errores de comportamiento para descubrir nuestros sentimientos y deseos más profundos.

El psicoanalista podrá interpretar con el análisis de dichos actos fallidos qué anhelos se esconden en lo profundo de nuestro inconsciente.


Caminos a la libertad

La gente se comporta de la manera en que está condicionada para comportarse, la manera en que ha sido educada para comportarse, la manera en que se espera que se comporte.

No se permite que obre lo natural, lo espontáneo, solo se permite que obre la formación recibida. Estas personas son esclavas.

Cuando te liberas, cuando descartas todo el condicionamiento y, por primera vez, miras la vida con ojos frescos, sin nubes de condicionamiento que se interpongan, entonces te vuelves impredecible, Entonces nadie sabe, entonces nadie puede imaginar qué va a suceder.

Una vez que estás simplemente alerta, listo para responder, sin ninguna idea fija, sin ningún prejuicio, sin ningún plan, suceda lo que suceda en el momento, te vuelves verdadero y auténtico.

Recuerda dos palabras: autoridad y autenticidad. Normalmente te comportas conforme a la autoridad que te ha condicionado: Los padres, la sociedad etc. Te comportas conforme a la autoridad.

Un ser humano libre no se comporta conforme a la autoridad; se comporta conforme a su propia autenticidad. Responde. Surge una situación, hay un reto.... él responde con su ser total.

Respuesta es responsabilidad. Respuesta es autenticidad. Respuesta es vivir el momento.

Para un individuo con entendimiento no hay alternativas de esto o eso: Todas la posibilidades están siempre abiertas, ninguna puerta está cerrada. Y cada momento decide.

El individuo consciente, el individuo libre, no lleva consigo una decisión de antemano; no tiene decisiones prefabricadas. Actúa siempre nuevo, espontáneo.

LA CONSCIENCIA ES LA LLAVE. Cuando te vuelves consciente, todo lo demás viene por sí mismo.

No reprimas. La represión es la mayor calamidad que le ha sucedido al hombre.

LIBERTAD.... Y cuando digo libertad no quiero decir desenfreno. Puede que lo malinterpretes. Cuando digo libertad, puede que entiendas desenfreno, porque así es como van las cosas.

Una mente controlada, siempre que oye hablar de libertad inmediatamente lo entiende como desenfreno.

El desenfreno es el polo opuesto del control. La libertad está justo en medio, exactamente en medio, donde no hay control ni desenfreno.

La libertad tiene su propia disciplina, pero no la impone ninguna autoridad. Surge de tu consciencia, de tu autenticidad. La libertad nunca debería malinterpretarse como desenfreno, de lo contrario volverás a no entender nada.

La consciencia trae libertad. Con la libertad no hay necesidad de control, porque no hay posibilidad de desenfreno. Es debido al desenfreno que te han obligado a controlar, y si continúas desenfrenado, la sociedad seguirá controlándote.

Sucede muchas veces. Cuando viene a verme gente muy controlada y disciplinada, es muy difícil penetrar en sus mentes; se han vuelto fríos como el hielo, han perdido la calidez. Porque si eres cálido, hay miedo: puede que hagas algo. De manera que se han matado a sí mismos, se han envenenado completamente a sí mismos.

Permanecen bajo control, solo han encontrado una solución, que es no vivir en absoluto.